ABOUT PASSION — De fotografía y otros entusiasmos
De fotografía y otros entusiasmos / Islas Georgia del Sur y Sandwich del Sur
Arenys de Mar, Maresme, Barcelona 2016
DE LA HABANA HA VENIDO UN BARCO CARGADO DE...
La traducción escrita parece prestarse más a la reflexión sesuda sobre su trascendencia poética, filosófica, etc., mientras la interpretación consecutiva, y especialmente cuando intervienen más de dos idiomas —es decir, alguna otra lengua además de las de partida y de llegada—, resulta un filón para la fantasía cómica. Sobre todo porque este tipo de traducción suele reclamar la presencia de otras personas —una rueda de prensa, una entrevista entre personalidades de cierto rango—, que a menudo —y forma parte del juego— esperan esa ruptura de la fluidez comunicativa producto del error en la interpretación. La voz, los silencios y la presencia misma de los intérpretes propician el gag visual o el mero chiste, por eso la ficción audiovisual aprovecha el rendimiento que ofrece presentar …
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En la fachada de entrada al claustro de la Catedral de Santa Eulalia de Barcelona. Julio 2010
Los angelotes tocan con pasión la vuvuzela. ¿Qué celebran?
Este post va dedicado a Álvaro Matías (futbolero empedernido).
Todos tenemos un anuncio de televisión favorito. El mío creo que solo me hace gracia a mí, y me parece que ya lo han retirado. Es ése de una marca de pasta que regala un tenedor para que los niños puedan enrollar los espagueti. Se ve a un grupo de críos de unos siete años y menos, a cual más enguarrado de salsa de tomate. En off se oye una canción y de pronto un niño delante de un plato a rebosar de pasta, pregunta: «¿Y cómo me lo como?». La mera pregunta me hizo reír a carcajadas porque define en qué consiste la educación del ser humano: en complicar las cosas hasta lo imposible, hasta lo cómico. Que los espagueti sean el plato favorito de millones de personas debe de ser un síntoma de lo interiorizado que tenemos el masoquismo. Porque, pensé yo mientras me reía, el crío pasa de ser un bebé al que se le da todo líquido, triturado y prácticamente masticado a recibir una serie de imposiciones que le obligan a someter su hambre a una serie absurda de obstáculos. Si sale victorioso de la cadena de trabas entre su hambre y su boca, se le considera un pequeño civilizado.
El niño cantando: ¿Y cómo me lo como? resume muy bien la aplastante lógica infantil: acepto tus normas porque quiero que me quieras, pero haz el favor de explicarme cómo diablos hago para meterme en el buche toda esa comida sin mancharme (si me mancho, seré culpable del berrinche que tendrás y de las acusaciones seguidas por hacerte trabajar en la lavadora, etcetc).
Y también, ¿ a qué artista sin nada mejor que hacer se le ocurrió inventar los espagueti?
Buscando cómo ilustrar este post descubro que más de uno ha reflexionado sobre este asunto. «Bobby Henderson, joven licenciado en física, decidió protestar a su manera, creando una deidad satírica, con el objeto de mostrar lo absurdo del creacionismo: la llamó El Monstruo de Espagueti Volador y su Iglesia predica el Pastafarismo.», leo en el sitio llamado Lunas azules.
El tema de la diferencia entre educación y domesticación la aborda Coetzee a su manera erudita. En su última recopilación de ensayos traducida aquí, Mecanismos internos, en el capítulo dedicado a comentar la «Ficción breve» de Beckett ofrece una versión genial de la reflexión que yo me hice al escuchar por primera vez al niño del anuncio de los espagueti-.
Dice Coetzee: «La premisa narrativa de El innombrable, y también de Cómo es (1961), se mantiene en estas ficciones breves: una criatura constituida por una voz sujeta, por razones desconocidas, a una especie de cuerpo encerrado en un espacio más o menos reminiscente del Infierno de Dante, es condenada durante un período de tiempo determinado a hablar, a tratar de encontrar sentido a las cosas. Es una situación que describe bien el término de Heidegger Geworfenheit: ser arrojado sin explicación a una existencia gobernada por reglas incomprensibles. El innombrable se sostenía gracias a su energía cómica.»
Y los niños y nosotros también. Qué remedio.