Personajes como ya no se escriben: Bonny and Clyde


Una imagen de Faye Dunaway, en Bonny and Clyde (1967), de Arthur Penn con guión de Robert Benton. Me encanta esa época, de gente valiente, con carisma y redaños. De qué sirven las conquistas de la lucha feminista si los personajes femeninos que encontramos en el cine y en la literatura son tanto más reaccionarios, cursis y unidimensionales de lo que nunca fueron los más casposos bodrios estrenados en el franquismo. Las causas que se me ocurren son múltiples –bajo nivel literario de los guionistas y directores de cine modernos que prefieren la intriga al dibujo del personaje; despolitización de los años ochenta y noventa; presión de los lobbies que buscan públicos mayoritarios al que todo le pica y todo le hiere–, pero lo cierto es que no encuentro ningún personaje femenino cinematográfico reciente que oponer a los que ofrecen las grandes películas de los años sesenta y setenta. (No, por favor, ni hablar de esas películas hechas para gustar a las chicas a las que les gustan lan chicas como Thelma & Louise.) Una lista de insuperables: Jeanne Moureau en Jules et Jim; Claudia Cardinale en Il giorno della civetta, Sofía Loren en La ciocciara, Romy Schneider en L’important c’est d’aimer, Jakie Bisset en Bullit, Jane Fonda en Klute,

Continuará…

Sin olvidar a los partenaires masculinos, J.P. Belmondo, A. Delon, S. McQueen, D. Hoffman, R. DeNiro, A. Pacino, M. Bronson, Donald Shuterland, Roy Scheider, Michel Sarrazin.

Continuará…

Deja un comentario